Mango, en su compromiso por avanzar hacia una moda más sostenible, se une a la “Sustainable Apparel Coalition (SAC), una organización que tiene como objetivo fomentar las buenas prácticas en la cadena de suministro y medir el impacto medioambiental y social de las marcas.

La multinacional se suma así a las más de 250 marcas, minoristas, fabricantes, organizaciones gubernamentales y ambientales e instituciones académicas, que forman parte de esta iniciativa, que representa a un total de 35 países.

Establecimiento de la firma en la madrileña Calle Serrano

La adhesión a esta iniciativa se enmarca dentro del ambicioso plan que la compañía va a llevar a cabo durante los próximos años para dar respuesta a uno de sus pilares estratégicos, la transformación sostenible de la firma. “En Mango creemos que la industria textil necesita transformarse para llegar a ser sostenible y, por ello, estamos trabajando para impulsar mejoras sociales y ambientales que nos lleven hacia esa sostenibilidad”, señala Beatriz Bayo, directora de RSC de Mango.

En 2011, la SAC desarrolló el “Higg Index”, un conjunto de herramientas que permite a las marcas, minoristas e instalaciones medir y calificar con precisión el desempeño de sostenibilidad social o ambiental de una empresa o producto.

Comprometidos con la sostenibilidad

A finales de 2019, Mango se unió al “Fashion Pact”, una coalición global formada por un total de 56 compañías y 250 marcas que tiene como objetivo impulsar la sostenibilidad medioambiental de los sectores textil y moda.

Además, la firma es también miembro del programa “Better Cotton Initiative”, que pretende transformar la producción mundial de algodón basándose en los tres pilares de la sostenibilidad: el medio ambiente, el factor social y el económico.

En esa línea, Mango anunció hace unas semanas su intención de aumentar la proporción de fibras sostenibles en sus colecciones, destacando que el 100% del algodón utilizado en sus prendas será de origen sostenible antes de 2025. La compañía también tiene previsto aumentar hasta el 50% el uso del poliéster reciclado en sus prendas antes de 2025, así como que el 100% de las fibras celulósicas utilizadas sean de origen controlado antes de 2030.

 

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