El siglo XXI continúa avanzando. Parece que el temido efecto 2000 fue ayer, pero la realidad es que de ese momento han pasado 22 años. Y con la experiencia acumulada de estas décadas, podemos concluir sin temor a equivocarnos que hay dos términos que, hasta el día de hoy y posiblemente en el futuro, se han consolidado como caballos ganadores: digitalización y sostenibilidad.
Digitalización
En el caso del primer término a nadie se le escapa que vivimos en un mundo hiperconectado que la irrupción de la pandemia en 2020 no ha hecho más que reforzar. Un periodo en el que se ha reafirmado, con mayor fuerza, la importancia del ecommerce: que levante la mano quien no haya hecho un pedido online durante estos dos últimos años. Bien cierto es que el comercio electrónico ya tiene una historia a sus espaldas, pero no cabe duda de que en estos dos últimos años ha constituido un auténtico fenómeno.
Sostenibilidad
El otro término que mencionamos al iniciar este artículo es si cabe aún más importante y nos afecta a todos los habitantes de este planeta: Sostenibilidad. Porque uno puede vivir más o menos ajeno a la digitalización -aunque reconozcamos que cada vez es más difícil- pero todos estamos todavía más sometidos a nuestro entorno medioambiental, afectados por la salud de un planeta que nos ofrece evidencias cada vez más tristes de lo enfermo que está: por si alguien tiene todavía alguna duda solo podemos apuntar, como pincelada, el tórrido verano que acabamos de vivir y que, a buen seguro, quedará impregnado en nuestra memoria.
Dos términos que definen este siglo, sí, y dos conceptos que están mucho más unidos de lo que puede parecer a simple vista. Porque el ecommerce, una de las estrellas del universo digital en el que nos movemos, puede y debe ser sostenible. Teniendo en cuenta que las tiendas físicas son cada vez menos tenidas en cuenta por las generaciones jóvenes, el comercio electrónico está llamado a convertirse en el modelo de distribución estrella de las próximas décadas; por tanto, y con mayor motivo, este sistema tiene que ser lo más medioambientalmente responsable que le sea posible para que sigamos disponiendo de un planeta en el que continuar desplegando relaciones comerciales.
El embalaje actor fundamental
Un universo, el de los embalajes conformado por una amplia gama que incluye cajas de cartón, viruta de madera para relleno, bolsas, sobres, etc. Y las empresas que se muevan en este segmento, (como embaleo proveedor de materiales logísticos), es conveniente que luchen contra el vacío en los embalajes: por ejemplo, proponiendo numerosos formatos para el envío; así, al ofrecer unos productos perfectamente adaptables, se acaba el vacío inútil.
Ante este desafío, todos los engranajes que conforman la venta online tienen la necesidad – obligación- de ser lo más sostenibles posibles. Sin quedar fuera ninguno de los elementos. Y, por supuesto, uno de los más destacados ha de ser el embalaje,
Por tanto, los comerciantes online, de tiendas físicas, las empresas en definitiva han de apostar por soluciones de embalaje más adaptadas y responsables con el medio ambiente. Con un objetivo muy marcado: el desarrollo de un comercio más responsable y sostenible. Una meta para la que tampoco hay que perder de vista una adecuada gestión de los residuos y su posterior revalorización.
Un objetivo final en el que estamos involucrados todos, por lo que una sensibilización general sobre el reciclaje y el reempleo de los embalajes es esencial.