La evolución del coronavirus ha llevado al gobierno chino a mantener bajo mínimos sus actividades y promover un autoaislamiento de su población. Con este panorama, y tras el cierre de las fábricas de producción textil localizadas en el país, el sector moda se plantea soluciones para afrontar el parón.

Se trata de una situación que genera incertidumbre sobre el 2,8% del PIB español, porcentaje que ocupa la industria de la moda según el Informe económico de moda en España 2018, y uno de los mayores exportadores de moda de Europa (el 8,7% del total).

“Corremos el riesgo de que se genere un retraso en la producción y se pase la temporada”, analiza Ángel Asensio, presidente de ASECOM, FEDECON y la Confederación ModaEspaña. Esto originaría pérdidas en la facturación de aquellos productos que no se puedan entregar y desajustes tanto en el stock, como en el margen de tiempo que tienen los comercios entre temporadas.

En estos momentos, se están trabajando y valorando alternativas para reactivar la cadena de suministros. Turquía, Marruecos, Portugal y España son los países elegidos para el traslado de parte de la producción de textil.

“La reacción a estas alturas debe ser la minimización de los daños – comenta Asensio –. Las alternativas deben enfocarse a una producción que se halle en la proximidad, más fácil de gestionar”.

Buscar un equilibrio 

También toca abordar otras cuestiones, como la adquisición de materia prima, debido a que China es un importante proveedor, o la problemática, en cuanto a tráfico de mercancías, que supone la falta de movimiento de este calibre en el país.

“Desde la Patronal de la moda, consideramos que debe haber un equilibrio entre lo que producimos fuera, para ser más competitivos, y lo que hacemos dentro de nuestro país. Esto último genera riqueza, empleo y contribuye a la sostenibilidad. Hablamos de productos de más calidad y durabilidad , lo que incide directamente en el impacto medioambiental”, afirma Asensio.

De cara al futuro, es necesario que las compañías replanteen la situación de sus producciones y cadena de suministros, ya que depender excesivamente de un país ajeno puede acarrear imprevistos como el actual y afectar directamente a la producción nacional.

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