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La Confederación ModaEspaña, con sus asociaciones miembros, ha organizado en la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Madrid, una mesa redonda titulada Desarrollo Sostenible, más allá de las Obligaciones para plantear qué necesidades tienen que valorar las empresas del sector en el ámbito de la sostenibilidad, con el fin de buscar soluciones adecuadas y tomar las decisiones correctas ante las importantes transformaciones que deben de plantear transversalmente.

En esta jornada participaron tres expertos, en representación de los sectores clave dentro del ámbito de la sostenibilidad en la industria de la moda y del textil: Jacobo Umbert, co-fundador y CRO de Dcycle; Marga de Rosselló, socia de Sostenibilidad y Cambio Climático en PwC España; y Santiago Ribera Fernández, director especialista en Fondos Europeos y Sostenibilidad del Banco Sabadell.

Alfredo Medina, técnico en sostenibilidad de Confederación ModaEspaña fue el encargado de moderar la mesa redonda que generó mucha expectación e interés por parte de todos los asistentes.

destaca la notable influencia ejercida por los sectores financiero y legislativo, los cuales favorecen la adopción de prácticas más sostenibles a las empresas

En los últimos años, la sostenibilidad ha ido adquiriendo un mayor protagonismo, tanto en el panorama global como en el sector de la moda y de la confección. La industria se encuentra actualmente en un momento de transformación integral para conseguir los objetivos que marca la Unión Europea y que, a su vez, responden a un sentido de la responsabilidad corporativa y laboral.

Responsabilidad que engloba desde la selección de materiales hasta el proceso de producción y posterior comunicación y venta de productos y que abarca a todos y cada uno de los trabajadores y consumidores que han de asumir nuevos compromisos con el fin de alcanzar las metas fijadas.

El concepto de sostenibilidad ha experimentado una evolución significativa en los últimos años, pasando de ser un compromiso voluntario a una obligación imperante debido a la creciente necesidad de una transformación integral en los ámbitos social, económico, corporativo y medioambiental.

uno de los errores más frecuentes radica en concebir la sostenibilidad como un aspecto aislado, en lugar de integrarla de manera holística en todos los procesos, desde la fase de diseño y fabricación hasta el punto de venta y la toma de decisiones estratégicas o comunicación

En este proceso de cambio, destaca la notable influencia ejercida por los sectores financiero y legislativo, los cuales favorecen la adopción de prácticas más sostenibles a las empresas. Debe considerar, la industria textil y de la moda, en este contexto, la sostenibilidad como un componente esencial de su propuesta de valor, en conjunto con sus productos, precios y canales de distribución.

Jacobo Umbert subraya la importancia de que las compañías se cuestionen acerca del valor que la sostenibilidad aporta a su actividad. Introducir el concepto de sostenibilidad sin comprender plenamente su valor puede llevar a percibirlo como ineficaz, desembocando en una inacción. “Es esencial que las empresas comprendan las razones para adoptar prácticas sostenibles, ya sea por eficiencia energética, cumplimiento de normativas legales, consideraciones financieras o incluso alineación con la taxonomía ambiental”.

Cuando se aborda el desafío del impacto medioambiental, el primer paso consiste en realizar un análisis exhaustivo para evaluar la posición de la empresa en términos de su huella medioambiental. Este análisis proporciona la base necesaria para determinar las áreas prioritarias que requieren intervención.

Cuando se aborda el desafío del impacto medioambiental, el primer paso consiste en realizar un análisis exhaustivo para evaluar la posición de la empresa en términos de su huella medioambiental

El compromiso del sector financiero, incluyendo entidades bancarias, desempeña un papel crucial al impulsar a las empresas a considerar la sostenibilidad como un factor determinante en sus operaciones. Se han desarrollado productos financieros específicos tanto para proyectos sostenibles como para aquellas empresas que adoptan procesos medibles de sostenibilidad.

La medición de la sostenibilidad nos lleva a considerar factores clave, establecidos y enmarcados por la Unión Europea en lo que se conoce como taxonomía. Según Santiago Ribera, «la taxonomía contribuye a que las empresas e inversores identifiquen las actividades sostenibles desde un punto de vista medioambiental. Esto ayuda a las compañías a definir proyectos y a comunicarlo a sus clientes y al mercado en general. Además, desarrollar una estrategia empresarial alineada con la taxonomía de la Unión Europea permite, también, que las entidades financieras ofrezcan financiación en condiciones más favorables, dirigida tanto a autónomos, como pequeñas, medianas o grandes empresas”.

La taxonomía aborda seis objetivos clave: la mitigación del cambio climático; la adaptación al cambio climático; el uso sostenible y la protección de los recursos hídricos y marinos; la transición a una economía circular; la prevención y control de la contaminación; y la protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas. Los objetivos operan en conjunto, ninguno prevalece o puede contravenir a otro.

Aunque la adopción de prácticas sostenibles por sí sola no garantiza un aumento en las ventas, los consumidores muestran una creciente madurez al optar por productos que reflejen sus valores sostenibles, incluso si ello implica pagar un precio ligeramente más elevado

Esto proporciona un marco integral para evaluar la sostenibilidad, utilizando indicadores como la inversión, gastos operativos o facturación, entre otros, con el objetivo de prevenir prácticas engañosas, conocidas como greenwashing, que lamentablemente no se limitan a la industria textil y de la moda, sino que están extendidas en todos los sectores.

En este contexto, uno de los errores más frecuentes radica en concebir la sostenibilidad como un aspecto aislado, en lugar de integrarla de manera holística en todos los procesos, desde la fase de diseño y fabricación hasta el punto de venta y la toma de decisiones estratégicas o comunicación. Aunque la adopción de prácticas sostenibles por sí sola no garantiza un aumento en las ventas, los consumidores muestran una creciente madurez al optar por productos que reflejen sus valores sostenibles, incluso si ello implica pagar un precio ligeramente más elevado.

Las empresas deben comprender que la sostenibilidad no es simplemente un complemento, sino un componente esencial a integrar en su ADN y tienen que capacitar a su personal en todas las áreas de la organización.

La Unión Europea concibe esta transformación del modelo económico como un impulsor clave de la competitividad, mejorando aspectos como la eficiencia energética y la utilización de fuentes de energía renovable

En relación con los desafíos y los nuevos contextos a los que se enfrenta el sector, es importante conocerlos en profundidad y dejarse guiar. Marga de Rosselló destaca que «es esencial comprender que el escenario ha experimentado cambios significativos. No se trata simplemente de añadir la sostenibilidad, sino de abordar un reto que implica una transformación profunda en los ámbitos social, económico y empresarial. A través del Pacto Verde Europeo, se busca lograr un continente climáticamente neutro para el año 2050, con el objetivo de salvaguardar tanto a la sociedad como al medio ambiente, al tiempo que se fortalece la competitividad empresarial”.

La Unión Europea concibe esta transformación del modelo económico como un impulsor clave de la competitividad, mejorando aspectos como la eficiencia energética y la utilización de fuentes de energía renovable. Estos aspectos se suman a otros elementos esenciales, como el establecimiento de salarios justos o la equidad en toda la cadena de valor, o la transformación de los modelos de negocio, entre otros.

destaca la importancia de prolongar la vida útil de los productos mediante la promoción de la reparabilidad y la introducción de nuevas oportunidades comerciales, como el concepto de segunda mano

Asimismo, destaca la importancia de prolongar la vida útil de los productos mediante la promoción de la reparabilidad y la introducción de nuevas oportunidades comerciales, como el concepto de segunda mano. Este enfoque global busca, no solo cumplir con los objetivos medioambientales, sino también impulsar la innovación y la sostenibilidad en todas las dimensiones de la actividad empresarial.

Los tres expertos, junto con Alfredo Medina, coincidieron en que la sostenibilidad, además de ser un reto, supone una oportunidad para el sector, y puede contribuir a mejorar su competitividad, su imagen y su relación con los consumidores. Para ello, las empresas deben integrar la sostenibilidad en todos los procesos, desde el diseño y la fabricación hasta el punto de venta y la toma de decisiones. Además, deben ser transparentes y comunicar de forma clara sus compromisos y avances en esta materia, evitando el greenwashing.

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