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La Asociación para la Gestión del Residuo Textil -iniciada por Decathlon, El Corte Inglés, H&M, Ikea, Inditex, Kiabi, Mango y Tendam y a la que se ha sumado en las últimas semanas también Sprinter- ha presentado un estudio junto con 40db sobre los hábitos de consumo en la sociedad actual, así como los retos y las perspectivas que la industria textil afronta en materia de circularidad.

Durante el acto, que ha tenido lugar en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), se han presentado los principales datos del estudio en un coloquio moderado por la comunicadora y experta en sostenibilidad, Laura Zamarriego y donde han participado Íñigo García Fernández, representante de la asociación y Zone Sustainability director for Western Europe en Decathlon; Mercedes Fernández Cabello, directora de Cuentas de 40db y Pilar Prior Fernández, experta en estrategias ASG, sourcing ético y trazabilidad de cadena de suministro.

Según el estudio, el 83,4%% de los españoles comparten la importancia de que el textil y el calzado tengan una segunda vida y creen que debería existir un sistema nacional de recuperación de textiles y calzado. “Las empresas que ponen los productos en el mercado deben tomar responsabilidad real y deben crear un sistema en el que los ciudadanos estén en el centro. La Asociación tiene un propósito claro, democratizar la sostenibilidad y hacerla accesible a toda la población española. Y para esto necesitamos empoderar al ciudadano para que pueda tomar decisiones de consumo responsable”, explicó Íñigo García.

Cambios en los hábitos

En cuanto a los hábitos de consumo, Mercedes Fernández trasladó cómo están cambiando: “Existe una tendencia creciente entre la población hacia la reutilización y el reciclaje de prendas de vestir, 6 de cada 10 españoles utilizan textiles de segunda mano y, de entre quienes utilizan textiles de segunda mano, 1 de cada 3 compran en tiendas y aplicaciones especializadas”.

La gestión de prendas en desuso también es un aspecto destacado. Un 65% de las personas prefiere darle una segunda vida a la ropa que ya no usa y el 59,9% con el calzado. Además, 2 de cada 3 ciudadanos han dado una segunda vida a más de 5 prendas de ropa en el último año, y el 75,4% declara tener personas en su entorno que también lo hacen. Asimismo, el 87,1% de las personas cree que es crucial que estos productos tengan una segunda oportunidad.

El comportamiento de compra refleja un cambio significativo, ya que el 75,4% de las personas afirma que solo compra lo que necesita y el 58,3% busca textiles y calzado de mayor durabilidad y el 59,5% admite que le gustaría comprar textiles y/o calzado fabricados con materiales reciclados.

Una industria en transformación

La Asociación constituye un gran paso, en palabras de Pilar Prior, experta en sostenibilidad de la cadena de valor del textil: “La alianza entre estas empresas demuestra que ser competitivos ahora pasa por ser colaborativos y eso es un cambio de paradigma enorme”. Y añade: “Hay muchas oportunidades en la transición hacia una economía circular en la cadena de valor del textil, todas ellas basadas en la digitalización -como el pasaporte digital de las prendas- y la colaboración con el ecosistema de startups, el tercer sector y las instituciones para generar una economía verde que aporte industrialización y empleo”.

Más información y trazabilidad

Sobre la información de las prendas, más de la mitad de los españoles desearía tener más información sobre si las prendas se han fabricado con materiales reciclados. Por otro lado, un 50%, sobre todo los mayores, siente que no tiene suficiente información sobre qué hacer con la ropa y el calzado que ya no usa.

Los hábitos de consumo y comportamiento también varían con la edad

Los jóvenes, especialmente entre 16 y 24 años, muestran interés en la reventa y el uso de aplicaciones de compraventa, además de confiar más en los contenedores de reciclaje.

En contraste, los adultos, especialmente a partir de los 45 años, tienden a depositar más la ropa en contenedores y demandan servicios de reparación.

Los mayores de 55 años muestran una mayor preocupación por el uso de materiales reciclados y tienen hábitos arraigados de adquirir prendas duraderas.

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