La hija del diseñador Roberto Verino, Cristina Mariño, falleció el pasado domingo 31 de julio a causa de una enfermedad detectada recientemente.

Según diversos medios de comunicación, Mariño se encontraba en tratamiento y su estado de salud había empeorado en las últimas semanas.

Su fallecimiento ha causado un gran impacto y dolor en la comarca de Verín (Galicia), origen de la familia y en el que la compañía sigue teniendo su cuartel principal.

Cristina Mariño, licenciada en derecho, cogió recientemente el relevo en la dirección de la empresa fundada por su padre, Roberto Verino, cuando fue nombrada directora de marca tras la presentación de la colección Caminae, en Agosto de 2021. El diseñador gallego iba a seguir ejerciendo la responsabilidad creativa y la parte ejecutiva estaba a cargo de Dora Casal, incorporada a la empresa en 2019.

Verino había reconocido que “gracias a mi hija y a Dora, podré dedicarme a la parte que más me gusta y explorar nuevos caminos que hasta ahora no había podido”, en unas declaraciones al medio SModa el pasado mes de marzo.

Mariño contaba con un recorrido profesional de 25 años en la empresa familiar, en la que empezó a trabajar en una de las tiendas de la marca en Madrid. Pasó por diversos departamentos, y llegó a la dirección de marketing en los noventa.

Este estaba siendo un año de celebraciones para la firma, que cuenta con 40 años de existencia, y tras confirmar la expansión de la marca por todo el mundo. Precisamente el pasado mes de junio el diseñador ingresó en la Real Academia de Belas Artes como Académico en la sección Artes da Imaxe.

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