El INTEXTER de la UPC ha realizado un análisis pionero para determinar el porcentaje de las diferentes fibras presentes en la ropa que se tira a los contenedores de recogida de residuos textiles. El estudio, más preciso que otras aproximaciones gracias a una metodología innovadora, forma parte de un informe de la cooperativa Modare de Cáritas y la consultora Lavola sobre la recogida de ropa usada en España.
Cerca de 550 kilos procedentes de contenedores de la Fundación Formación y Trabajo es el peso total de ropa usada que ha analizado el primer estudio caracterizador de las fibras que componen camisetas, camisas, abrigos, pantalones, chaquetas y todo tipo de prendas de vestir que se tiran a los contenedores de recogida de residuos textiles. El estudio lo han realizado el Instituto de Investigación Textil y Cooperación Industrial de Terrassa (INTEXTER) de la Universitat Politècnica de Catalunya · BarcelonaTech (UPC) y la estudiante de la Escuela Superior de Ingenierías Industrial, Aeroespacial y Audiovisual de Terrassa (ESEIAAT) Beatriz Rodríguez, con su Trabajo Final de Grado, dirigido por Enric Carrera, director del INTEXTER y profesor del mismo centro. El trabajo forma parte del informe ‘Análisis de la recogida de la ropa usada en España’, elaborado por la cooperativa Moda-re de Cáritas y la consultora LAVOLA, y que se presentó en el 15º Congreso Nacional de Medio Ambiente (CONAMA), realizado en Madrid hace unas semanas.
Según las aportaciones del INTEXTER, del total de ropa usada aprovechable de los contenedores analizados, el 62 % de las piezas es ropa reutilizable y el 37 %, reciclable. En cuanto a las fibras con las que están fabricadas las piezas, el estudio concluye que predomina el algodón, con un 50 % en el caso de la ropa reciclable y un 60 % en la reutilizable. A continuación, sigue el poliéster, con un 30 % en ambas tipologías. Por lo tanto, la suma de algodón y de poliéster representa cerca del 80 % en el caso de la ropa reciclable y el 88 % en la reutilizable.
A continuación, a mucha distancia, estarían las fibras acrílicas, en las que los investigadores del INTEXTER observan una gran diferencia entre la ropa reciclable (un 12,4 %) y la reutilizable (un 3,1 %), debido a que la ropa fabricada con esta fibra se deteriora con más facilidad.
Esta caracterización ha sido posible gracias a una metodología innovadora que consiste en triturar las piezas de ropa y uniformizar la mezcla mediante dos pasos: una carda automática y el análisis de la napa obtenida con la metodología química normalizada. El resultado permite determinar la composición de los productos textiles, donde se incluye la tasa legal de humedad de cada fibra componente.
Estrategia centrada en el algodón y el poliéster
Según explica el director del INTEXTER, Enric Carrera, «a la luz del análisis que hemos hecho, podemos afirmar que la estrategia de reciclado de los residuos textiles post-consumo debería centrarse en la recuperación y el reaprovechamiento del 80 % de las fibras predominantes, que son el algodón y el poliéster».
El estudio incluye también un análisis de la composición de fibras de las prendas que se ofrecen en las webs de las principales marcas comerciales. Para la ropa de vestir, se analizaron un total de 701 piezas a partir de la elección de los 30 primeros artículos de 6 categorías representativas −camisetas, jerséis, vaqueros, ropa interior, calcetines y camisas− de Zara, H&M, C&A y Mango. El estudio no incluye chaquetas o abrigos.
El análisis revela que el 66,8 % de las prendas presenta una mezcla de fibras, lo que limita muy notablemente su potencial de reciclado. En cambio, sólo el 37,3 % de las piezas estudiadas están fabricadas al 100 % con una sola fibra.
En cuanto a la ropa del hogar, se analizaron 361 artículos, en concreto los 20 primeros productos de 4 categorías representativas −sábanas, toallas, manteles y cortinas− de Ikea, Zara Home, H&M Home 10×10 y Carrefour. A diferencia de las prendas de vestir, en el textil del hogar hay más productos monomaterial. Las fibras más presentes son el algodón, el poliéster, el lino, la viscosa y el lyocell, por este orden. En sábanas y toallas predomina el algodón 100 %, en cambio, en los manteles y cortinas, domina el poliéster 100 %, aunque también hay mezclas binarias de algodón/poliéster y algodón/lino.
Alargar la vida útil de las prendas de vestir
¿Cuál es la reducción del impacto ambiental si reutilizamos ropa usada? Según Enric Carrera, «si pudiéramos duplicar el tiempo de vida útil de una pieza de ropa conseguiríamos una reducción del 44 % de los gases de efecto invernadero que produce el sector de la moda. Solamente alargando nueve meses el uso activo de una pieza, se reduciría la huella de carbono, agua y residuos entre un 20 y un 30 %». Un aumento del 10 % de las ventas de ropa de segunda mano ahorraría un 3 % de emisiones de carbono y un 4 % de agua, según datos del informe Valuing Our Clothes: the cost of UK fashion, publicado en 2017 por la organización WRAP.
En este sentido, el INTEXTER de la UPC ha realizado una amplia revisión bibliográfica sobre los estudios realizados hasta ahora en relación al ahorro de emisiones que representa la reutilización de la ropa y concluye que cada kilo de ropa reutilizada representa un ahorro de 25 kilos de CO2, a diferencia de las estimaciones que hasta ahora proponía la UE, que apuntaban a un ahorro de sólo 3,169 kilos.