Francesc Llonch (Sabadell, 1947) cuenta con un amplio bagaje corporativo ligado al Gremi de Fabricants de Sabadell, del que fue presidente de 1994 a 1998, y en el que actualmente es miembro de la Junta Directiva. Asimismo fue presidente del Consejo Intertextil Español en 1998.
En el ámbito empresarial, Llonch tiene una larga experiencia en el textil lanero. En la actualidad forma parte del Grupo Ginesta Mateu, S.A., Longitex 2012, S.L., Dyetex 89, S.L., Tesuti, S.L. y Lantana 1013, S.L. El grupo realiza preparación, tisaje y acabados textiles para los segmentos de moda, textil hogar y contract, así como para usos técnicos en automoción, transporte, industria y protección personal.
Ha pasado más de un año desde que asumió la presidencia de Texfor y, en la última asamblea, la celebrada en marzo, se habló sobre la necesidad de reformular la estrategia de Texfor para adaptarla a las empresas. ¿Ya han hecho las tareas en este ámbito?
Se ha hecho un plan de acción a dos años y estamos empezando a ejecutar sus directrices, que tienen como finalidad convertir a Texfor en la patronal de referencia del textil de cabecera. De hecho, actualmente tratamos de ampliar nuestra base asociativa.
¿Qué se está haciendo para ampliar esa base asociativa?
Hemos contratado a una persona especialista en el sector, la cual está visitando a un grupo de empresas que no están en ninguna asociación patronal, con el objeto de demostrarles que tienen la necesidad de estar con nosotros para ganar competitividad, para ayudarnos en el momento de negociar el convenio colectivo… Tenemos la necesidad de marchar juntos.
¿Cuántas empresas están asociadas actualmente a Texfor?
Unas 350 empresas y la aspiración es aumentar ese número, aproximadamente, entre un 10 y 15 % cada año, durante los próximos tres años.
¿Texfor como textil de cabecera ha roto el vínculo que tenía con Fedecon?
No, porque al lado tenemos al Consejo Intertextil Español, formado por las cuatro organizaciones que integran Texfor más Ateval. Con Fedecon y la Asociación española de Género de Punto mantenemos algunos acuerdos sobre el convenio y sobre temas relacionados con la promoción y la moda.
En 2019, Barcelona volverá a acoger la celebración de la ITMA. ¿Qué significa esto para el sector? ¿Es un buen augurio o una simple anécdota?
Para nosotros es un buen augurio, porque aparte de que la gente quiere venir a Barcelona —cosa que nos alegra—, es la primera vez que la ITMA vuelve a un destino a los ocho años. Texfor quiere aprovechar este acontecimiento para acompañar a la ITMA y para hacer ver a la industria, a los políticos y, a la gente en general, que el textil es un sector de futuro. Pretendemos que no nos vean como algo ya pasado de moda, o trasnochado, y que sepan que hay empresas punteras, con nuevas tecnologías…
¿Cuál es la política que está llevando Texfor en el tema ferial?
Nosotros, en el tema ferial y de promoción internacional continuamos siendo el eje sobre el cual gira toda la promoción internacional, a pesar de que las ayudas del ICEX han disminuido en los últimos años por cuestiones de presupuesto. Pero nosotros continuamos siendo el referente y cualquier empresa que quiere hacer acciones de promoción, nos viene a ver a nosotros, y aquí estamos.
Hace un momento hablaba del textil como un sector de futuro, pero uno de los problemas al que siempre se hace referencia tiene que ver con la falta de personal cualificado. ¿Qué se está haciendo para cambiar esta realidad?
Texfor, básicamente, está haciendo dos cosas. Por un lado, en la formación de nivel alto, apoyamos a las escuelas de ingeniería, donde había bajado mucho la inscripción; sin embargo, en estos últimos años, están saliendo 20 alumnos por cada promoción. Y, por otro lado, trabajamos en el tema de la formación dual con un instituto de Terrassa; ahora, estamos empezando con otro instituto en Manresa, porque nuestra intención es que la mancha de aceite se vaya extendiendo.
En este aspecto, lo importante es que los centros de formación tengan una proximidad a centros textiles, porque los alumnos que se decantan por estos estudios deben realizar una formación práctica en empresas.
¿Contemplan la posibilidad de extender esta formación dual a otras CCAA donde hay industria textil?
Sí, por descontado. Ateval lo está haciendo en Valencia y, lógicamente, se podría hacer en otras zonas donde hay textil.
Otro de los asuntos de los que se viene hablando es el del retorno de la producción. ¿Se trata de una ilusión o de una realidad?
El sector textil, por las estadísticas que nos da el Cityc, está creciendo en empleo, en volumen de exportación, en volumen de negocio. Estimo que el textil tiene un futuro y que hay un retorno en determinadas facetas de la producción.
¿Qué facetas, por ejemplo?
Digamos al circuito corto, a series más pequeñas donde se necesita una maquinaria más ágil, una producción más tecnificada, y una mano de obra también más preparada.
El circuito corto me parece que está volviendo a las zonas donde se mueve la confección y la distribución.
¿Cómo se puede ver afectado el textil español con asuntos como el Brexit, las políticas restrictivas que va anunciando Trump en Estados Unidos y, si hablamos del plano local, con la cuestión catalana?
Los temas del Brexit o de Estados Unidos pueden afectar más a la distribución, antes que al textil de cabecera, pero se trata de temas en los que es muy difícil hacer futurología. En cuanto el asunto de Cataluña, nosotros somos una organización apolítica y estatal, es decir, a Texfor le preocupa lo que es el conjunto del Estado español.
¿Pero cree que esta situación política puede afectar a las empresas catalanas con respecto a las españolas, y viceversa?
Yo creo que no, al menos por el momento. La base empresarial está por encima de este tema.
En la actualidad, ¿cuál es la relación entre aperturas y cierres de empresas textiles?
Hay un equilibrio, porque según las estadísticas, se abren tantas empresas como se cierran. Otra cosa es el tamaño, pero, por descontado, se están abriendo nuevas empresas textiles.
A su juicio, ¿las aperturas son producto de la llegada de sangre nueva al sector o de empresas que han cerrado y han resurgido de otra manera?
Hay un poco de cada. Hay empresas nuevas, impulsadas por emprendedores, pero también existen empresas que cerraron y han vuelto a abrir con otro espíritu u otro capital humano.
¿Cuál es su opinión sobre los clústeres?
Me parece una buena fórmula para el futuro de todos los sectores industriales. La proximidad de un grupo de empresas que hacen productos similares o servicios similares es una suma de sinergias que resultan positivas.
Usted, que tiene un amplio bagaje en el sector, ¿qué echa en falta del textil de antaño?
Lo que más me duele es que han desaparecido muchas empresas en los años de crisis, empresas que tenían producto, tenían estructura… Empresas que difícilmente se volverán a montar. Empresas que tenían un mercado, empresas que en nuestro sector —en el lanero— han desaparecido, empresas que eran buque insignia de la industria. No obstante, ahora también se están ampliando y montando cosas nuevas que ofrecen buenos resultados.
¿Cómo avizora el textil español a medio plazo?
Soy optimista con el retorno, soy realista con el hecho de que estamos atravesando un momento difícil, y soy un poco pesimista porque necesitamos un entorno más favorable en todos los aspectos, pero no solamente el textil, sino toda industria. Necesitamos fuentes de financiación ágiles, políticas de amortización más favorables a la empresa, ayudas para la formación y menos trabas administrativas a la hora de montar y ampliar nuestras empresas.