Crisis global de suministros: ¿otra oportunidad para la relocalización?

¿De qué forma está afectando la crisis de suministros y abastecimiento que se está viviendo a nivel internacional al sector confección/moda? ¿Cuáles son los efectos más perniciosos que están experimentando en su día a día?

Está afectando en el encarecimiento de materias primas, de la energía y de los contenedores. Además, han aumentado los tiempos de transporte, que han pasado de 25 días a unos 60 días, aproximadamente.

Transporte, demora de las entregas, materias primas en coste rampante, deslealtad comercial, insuficiente vacunación en los orígenes, desequilibrio entre oferta y demanda. Ante este totum revolutum, ¿Cuál es para usted el origen de esta crisis?

La pandemia creó desajustes de producción y transporte y, la salida – aunque no hemos salido del todo –, produjo un desajuste entre oferta y demanda.

¿Qué alternativas están adoptando las empresas? ¿Podría ser una de ellas la relocalización de, al menos, una parte de la producción en nuestro país?

Sí, una parte de la producción se está desviando a España o a lugares cercanos, como Portugal, Marruecos, etc.

En líneas generales, ¿cree que en esta crisis global hay más ruido que nueces?

Hay un claro desajuste de oferta y demanda y, quizás, un aprovechamiento de productores de países de mano de obra barata y navieras de este contexto para incrementar márgenes.

¿De qué forma está afectando la crisis de suministros y abastecimiento que se está viviendo a nivel internacional al sector de las primeras materias? ¿Cuáles son los efectos más perniciosos que les están comunicando las empresas?

En la industria textil la crisis de suministros está afectando de la misma forma que está afectando al resto de sectores industriales. Con la actual crisis el sector está viviendo una falta o retraso en el abastecimiento y un incremento importante del coste de estas mismas materias. Esta situación supone una rotura de stock en estas materias y un retraso en la fabricación de los productos que fabrica la industria textil de cabecera con una inevitable subida de precios; aun así la mayoría de las empresas no traslada en su totalidad el incremento de costes en los precios y tiene que asumir parte de ellos.

Transporte, demora en las entregas, materias primas en coste rampante, deslealtad comercial, insuficiente vacunación en los orígenes, desequilibrio entre oferta y demanda. Ante esta situación, ¿Cuál es para usted el origen de esta crisis?

No creo que la situación actual que vivimos tenga un solo origen, la causa de la situación actual es multifactorial. El incremento de costes del transporte, de las materias primas y no olvidemos los costes energéticos, que impactan de una forma muy importante a nuestras empresas, conviven en un contexto de pandemia mundial con todo lo que conlleva así como un momento de cambio y transformación sectorial.

¿Qué alternativas están adoptando las empresas? ¿De qué forma se les puede ayudar desde Texfor?

Las empresas de Texfor están haciendo frente a la crisis actual de la mejor forma posible, los factores que provocan esta crisis son todos externos y difícilmente se puede incidir en su origen. Texfor está apoyando a sus empresas manteniéndolas al día de las tendencias del mercado, informándolas de la situación actual y ayudándolas en todo aquello que necesiten; además, mantenemos contactos continuados con la Administración para tener el apoyo necesario en diferentes aspectos clave.

En líneas generales, ¿cree que en esta crisis global hay más ruido que nueces y que su efecto será limitado en el tiempo?

La afectación de la crisis global es real, y el incremento de costes que tienen las empresas hoy en día también. La incertidumbre que nos rodea hace muy difícil poder hacer previsiones sobre el desarrollo de la misma. Una situación como la actual es complicada mantenerla en el tiempo y como no remita en un periodo razonable de tiempo la industria del textil de cabecera va a resentirse de una forma importante.

¿Les está afectando la crisis de suministros y abastecimiento que se está viviendo a nivel internacional? En caso afirmativo, ¿cuáles son los efectos más perniciosos que están experimentando en su día a día?

Indudablemente, nos afecta a todos los que desarrollamos una operativa internacional. En nuestro caso, contamos con más de 340 tiendas en todo el mundo. La frecuencia de los transportes marítimos se ha reducido y hay muchos incidentes de última hora y omisiones de escalas en puerto. Desde hace dos años, en Adolfo Domínguez apostamos por traer una mayor producción en cercanía a países como Portugal y por diversificar nuestros transportes con combinaciones aéreas y navales.

Transporte, demora en las entregas, materias primas en coste rampante, deslealtad comercial, insuficiente vacunación en los orígenes, desequilibrio entre oferta y demanda. Ante este totum revolutum, ¿cuál es para usted el origen de esta crisis?

El origen está en la pandemia y su impacto en las cadenas de suministro, que generó un cambio global de las dinámicas comerciales. La demanda de transportes de salida de Asia hacia Europa y América es mucho mayor que el retorno, lo que desequilibra el funcionamiento global de la actividad comercial marítima y sube los costes para aquellos que la emplean.

¿Qué alternativas han tenido que buscar para hacer frente a esta situación? ¿Podría ser una de ellas la relocalización de al menos una parte de la producción?

Nosotros hemos relocalizado parte de la producción. Nuestro centro logístico está en Ourense, a muy pocos kilómetros de Portugal, que dispone de buenos talleres y una industria de confección que nos ha permitido garantizar nuestros abastecimientos.

En líneas generales, ¿cree que en esta crisis hay más ruido que nueces?

Hay un serio problema y las alternativas reales son escasas para mantener una efectividad de tiempo y coste. Si desde Europa, desde España, esto sirve para percatarnos de la dependencia que teníamos de Asia en productos tan básicos como las mascarillas, será una buena oportunidad. Nuestra presidenta ejecutiva ya propuso en abril de 2020 el comenzar a apostar por una relocalización del textil hacia países de cercanía en Europa que permitan darle un nuevo aporte de sostenibilidad e innovación a las prendas. Formamos parte de un proyecto común para que una parte de los fondos de Recuperación de la Unión Europea para la moda pueda ayudarnos a todos a, si somos capaces de seguir siendo competitivos, a relocalizar producción.

¿Les está afectando la crisis de suministros y abastecimiento que se está viviendo a nivel internacional? En caso afirmativo, ¿Cuáles son los efectos más perniciosos que están experimentando en su día a día?

Si, estamos sufriendo la escasez de materias primas, fundamentalmente hilo y pigmentos, que afectan en especial a nuestra unidad de tejido. Estos problemas nos están impidiendo planificar adecuadamente la producción y dar correctas respuestas sobre plazos de entrega a los clientes. Todos ellos son conscientes de la crisis en la que nos encontramos, y que sufren con prácticamente todos sus proveedores, por lo que son más permisivos con las fechas de envíos.

Transporte, demora en las entregas, materias primas en coste rampante, deslealtad comercial, insuficiente vacunación en los orígenes, desequilibrio entre oferta y demanda. Ante esta situación, ¿Cuál es para usted el origen de esta crisis?

Todo parte de la guerra comercial entre Asia y Occidente. Evidentemente, el COVID ha afectado logísticamente, pero China, que antes se enfocaba a abastecer al resto del mundo, está acumulando recursos para consumo interno. Incluso tomando la propiedad de importantes empresas occidentales.

¿Qué alternativas han tenido que buscar para hacer frente a esta situación? ¿Podría ser una de ellas la relocalización de al menos una parte de la producción?      

Asia ya no es la única opción. Nosotros estamos deslocalizando hacia otras zonas las compras y las producciones.

En líneas generales, ¿cree que en esta crisis hay más ruido que nueces?

Creemos que hay muchas nueces, y que todavía no hemos visto lo grande que es el nogal.