La imparable escalada de la energía “calienta” al sector

«Hemos tomado la decisión de instalar paneles solares en nuestras instalaciones para depender en la menor medida posible de las variaciones del mercado eléctrico»

¿Han tenido que adoptar algún tipo de medidas especiales para reducir la factura energética? ¿Cuál es la auténtica dimensión del problema energético?

Hemos tomado la decisión de instalar paneles solares en nuestras instalaciones para depender en la menor medida posible de las variaciones del mercado eléctrico. La dimensión del problema es grande y se acentúa más cuanto más intensiva en electricidad es la industria en cuestión; en el caso de la industria textil ha afectado de forma sustancial.

¿Qué tipo de medidas cree que deberían tomar las administraciones, el Gobierno para frenar estos incrementos?

Desvincular el precio de la electricidad del del gas en el mercado mayorista y realizar una transición hacia las renovables de forma decidida, pero a un ritmo que no cree graves desajustes en los precios de la energía, pues el problema ya venía de antes de la situación bélica en Ucrania.

¿Qué porcentaje de coste tiene la energía en su escandallo de precios? ¿Resulta inevitable repercutir en el precio final los nuevos costes energéticos?

No podemos ofrecer ese dato con exactitud, pero lógicamente, aunque sea una pequeña parte, hemos tenido que repercutirla en el precio final, pues ya no se trata solo de la energía que nos afecta de forma directa, sino de que afecta también a nuestras empresas proveedoras, que también han tenido que subir los precios, ya sea plásticos, cartones, fornituras, tejidos… la subida ha sido general en todos los eslabones de la cadena.

¿Entienden que esta nueva situación energética ha venido para quedarse o el problema es coyuntural?

No entra dentro de nuestro nivel de información el poder contestar a esa pregunta con certeza. Como opinión, creemos que es posible que este nivel de precios fuera de lo común se vaya relajando a partir del año que viene, pero no volverá a los niveles de 2019 a medio plazo.

«Desde Logisfashion estamos a favor de que se subvencione la energía verde como fuente de alimentación preferente»

¿Han tenido que adoptar algún tipo de medidas especiales para reducir la factura energética? ¿Cuál es la auténtica dimensión del problema energético?

Efectivamente, hemos tenido que adoptar una serie de medidas para paliar el impacto del problema energético. En ese sentido, las medidas adoptadas, consideran dos planos: por un lado, el de la contratación, y, por otro, medidas para la gestión presupuestaria y de inversión.

En 2021, en Logisfashion nos hemos movilizado en el mercado para tratar de buscar opciones de contratos con distribuidores y comercializadores que fueran más rentables para nosotros. Tras una serie de negociaciones, en octubre de 2021 logramos cerrar un contrato con tarifa plana a 2 años vista en aquellos centros en los que sí era posible por cuestión de dimensión del negocio. De esta forma, los puntos de suministro de los centros de Santa María de Palautordera (Barcelona), Riudellots de la Selva (Gerona) y el de Cabanillas del Campo I (Guadalajara) pudieron atenerse a este acuerdo de precio fijo.

De todas formas, si valoramos y tenemos en cuenta el alto de grado de automatización y clasificación de los centros, así como el notable nivel de consumo y el impacto de la subida en los precios, desde Logisfashion consideramos del todo rentable esta negociación, ya que estamos abonando 70 euros por KW/H en contraposición a los 200 euros KW/H estipulados actualmente.

Aunque, por otro lado, también vemos la auténtica dimensión del problema energético que preguntabas y es que, en algunos sitios, es muy complicado establecer este tipo de medidas, ya no solo por el tamaño de los espacios, sino por la muy considerable subida del precio de la electricidad. Solo en nuestra nave de Toledo, que mide unos 80.000m², a principios de 2022 hemos duplicado el gasto energético y ya se sitúa en más de 60.000 euros mensuales.

Otras medidas adoptadas de cara a optimizar el nivel de consumo eléctrico para reducirlo al máximo y seguir manteniendo, a la vez, el flujo constante de las operaciones es, por ejemplo, un sistema de submetering que consiste en la implantación de contadores individuales que indican el pulso energético de cada zona. Con los datos, identificamos qué lugares requieren de más energía y, en función de los resultados, aplicamos diferentes mecanismos para ahorrar en el consumo. Estas acciones de ahorro pasan, por ejemplo, por limitar la temperatura de la calefacción en ciertos momentos del día, instalar placas de autoconsumo o disponer luces por sensor de movimiento en las plantas menos concurridas.

Sabemos también que los nuevos centros (Ontigola, Cabanillas 3, Toledo) tienen mejores estándares de calidad y de eficiencia energética y están construidas de manera más sostenible, (certificación LEED Silver y Gold), nos abre más posibilidades para mejorar la eficiencia energética de los centros a futuro.

¿Qué tipo de medidas cree que deberían tomar las administraciones, el Gobierno para frenar estos incrementos?

La emergencia climática está abierta a todas las partes, Administración, empresas y ciudadanía, y es una cuestión moral y de responsabilidad social la de actuar en pro del cumplimiento de los objetivos internacionales. Bien es cierto que, como también confluyen los intereses de negocio y otras cuestiones gubernamentales, no se trata de un debate sencillo de resolver.

Desde Logisfashion, por supuesto, estamos a favor de que se subvencione la energía verde como fuente de alimentación preferente, así como la aprobación de ayudas para las empresas que pretenden avanzar en la transición energética como parte de su plan de sostenibilidad. Mucho más teniendo en cuenta que España es un país con mucho potencial para el desarrollo de las renovables y para convertirse en referente europeo en este aspecto.

¿¿Qué porcentaje de coste tiene la energía en su escandallo de precios? ¿Resulta inevitable repercutir en el precio final los nuevos costes energéticos?

Sí, resulta inevitable. En nuestro caso, en los clientes que trabajamos con openbook aplicamos un modelo de negocio en el que se refactura la factura tal cual está en su forma original y, para el resto de las compañías, el precio final va implícito en la tarifa porque solo incrementamos el IPC. Pero, sea como sea, lo cierto es que estamos perdiendo algo.

Para nosotros, el coste de la energía supone un 3% de la tarifa que cobramos o, lo que es lo mismo, de los gastos totales que tenemos. De todas formas, el subir o no ese porcentaje no es una prioridad porque hay otras cuestiones que pueden tener un mayor impacto negativo en el negocio a nivel global y que nos preocupan más en comparación con este factor. Hablamos, por ejemplo, de prioridades como la evolución de la reforma laboral o la negociación de convenios, que siempre van a ser decisivos para el desarrollo de nuestro negocio.

¿Entiende que esta nueva situación energética ha venido para quedarse o el problema es coyuntural?

Lamentablemente, España todavía es una potencia dependiente a nivel energético y deberá atenerse a las tasas y precios que se estipulen. Además, este factor sumado a la inestabilidad internacional que hay con respecto a la negociación energética, hace que esta situación sí sea estructural y se mantenga, al menos, para los próximos dos años.

“La dimensión del problema energético es gigantesca porque toda la industria y el transporte está afectada por el incremento de este factor de coste”

¿Han tenido que adoptar algún tipo de medidas especiales para reducir la factura energética? ¿Cuál es la auténtica dimensión del problema energético?

Sí. Estamos tomando acciones para reducir el consumo reorganizando procesos y evaluando la sustitución de maquinaria por otra más eficiente desde el punto de vista energético, pero esto requiere inversión. Por otro lado, también estamos valorando la instalación de paneles solares. La dimensión del problema energético es gigantesca porque toda la industria y el transporte está afectada por el incremento de este factor de coste, muy especialmente la industria que funciona con gas.

¿Qué tipo de medidas cree que deberían tomar las administraciones, el Gobierno para frenar estos incrementos?

Cambiar la manera como se fijan los precios diarios (y por hora) en el mercado eléctrico regulado. El sistema de subasta que hay ahora es desfavorable para el consumidor porque infla los precios del mercado regulado pero también de la parte de contratos fijos, porque la alternativa regulada es cara. En cuanto al precio del petróleo/gasóleo y especialmente el gas, debería fomentarse la reducción de la dependencia facilitando la conversión a electricidad, en donde no somos deficitarios y tendremos un buen mix a buen precio si se mantienen las nucleares y si las renovables se van haciendo más eficientes. Al mismo tiempo, debemos conseguir contratos de gas suficientes, estables y a buen precio. Es labor del Gobierno apoyar en este sentido. El Gobierno también debe garantizar que exista suficiente competencia desde la oferta gasista.

Por último, las ayudas como los 0,20€ de descuento en gasolina/gasoil son apropiadas para la industria y servicios que la necesitan, pero no para todos porque se incentiva el consumo de un bien escaso y caro que debemos importar.

Otra cosa que no se debe hacer es tomar medidas que generen un déficit de tarifa que luego haya que pagar en el futuro, porque eso es un engaño.

Vuestras empresas asociadas, ¿están, de una forma mayoritaria, repercutiendo en el precio final de sus productos los nuevos costes energéticos?

Nuestras empresas asociadas están padeciendo un incremento del coste energético, del coste laboral, del coste de transporte y del coste de las materias primas. Pero a la hora de repercutir este incremento de costes al precio tienen que tener en cuenta que el consumidor, debido a la alta inflación, tiene menos renta disponible para la compra de productos no esenciales

¿Sentís desde ASEPRI que esta nueva situación energética ha venido para quedarse o el problema es coyuntural?

Pensamos que muchos de los problemas tienen solución, pero que la situación actual mejore, permanezca, se agrave o se desplace en el tiempo dependerá de la habilidad y decisión del Gobierno para tomar las medidas adecuadas.