IMF Business School debate sobre moda y sostenibilidad

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Bajo el emblema ‘Retos que afronta la moda creatividad vs compromiso social’ IMF Business School ha organizado una mesa-debate con el objetivo de situar el foco de atención en una de las industrias más contaminantes del planeta.

Un acto moderado por Ton Pernas, director del MBA de moda de la propia escuela y que estuvo protagonizada por profesionales del sector como Carol Blázquez, Head of Innovation & Sustainability de EcoalfBrenda Chávez, periodista especializada en sostenibilidad y cultura, Laura Sánchez, modelo y directora de Go Eventos, y Delia García, CSR and Sustainability Manager de El Corte Inglés.

Fue ésta última la encargada de comenzar el debate y lo hizo poniendo el foco en el papel de las compañías: “Las empresas dedicadas al comercio de la moda deben actuar como escaparate de ropa sostenible, además de potenciar la generación y diseño de productos con estos atributos”, afirmó Delia García.

Para Carol Blázquez, innovación y sostenibilidad deben ir de la mano: “Después del petróleo, la moda es lo que más contamina. Por eso, debemos trabajar en crear y diseñar productos de la misma calidad, pero contaminando menos con el objetivo de ser más respetuosos con el planeta, porque no hay un planeta B”. Ella misma aseguró: “Si no digo que mi sudadera está hecha de basura, nunca lo hubiérais imaginado”.

Durante la mesa los ponentes también reflexionaron sobre la predisposición de los jóvenes por cuidar del medio ambiente. “Tenemos que ser conscientes de que, en España, la moda sostenible no tiene las colas que podemos encontrar en el Primark, pero sí que vemos cada vez más en los millennials la preocupación por lo que hay detrás de su ropa y por preservar la naturaleza”, afirma Brenda Chávez.

“El 73% de los españoles ya ha realizado compras éticas. Es una tendencia que está aquí, que vendrá y se quedará. El consumidor está en continua evolución”, subrayó. A lo que la portavoz de El Corte Inglés añadió: “Vemos cómo está creciendo la conciencia social, pero aún no se refleja tanto en un crecimiento del consumo responsable”.

Otro de los temas de debate planteados por el moderador fue el excedente de producción. De hecho, aseguró que “el 30% de la producción que se fabrica, no se vende”. Afirmación que Laura Sánchez compartió y con la que admitió la parte de culpa de todos ellos. ”El exceso de stock es un problema. Por muy pequeña o grande contribuimos con la insostenibilidad”.

Principales protagonistas de la mesa-debate
Principales protagonistas de la mesa-debate

Coherencia y compromiso fueron destacados por los ponentes. Además de la necesidad de sensibilizar y educar a todos los niveles, desde consumidores y empresas hasta marketing, de la compra que está haciendo y de los riesgos de no hacerlo de forma responsable.

“A mediados de cada año se agotan el 100% de los recursos que el planeta nos puede dar, lo que provocará escasez de agua. Se habla de que para 2030 un 30% de la población no podrá acceder a agua potable, pero nadie nos lo cuenta”, explicó la portavoz de Ecoalf.

El consumismo fue otro de los puntos clave en el debate. La periodista especializada en moda reconoció: “Culpar al consumidor es muy fácil, pero yo me siento responsable de crear ese consumismo como escritora de moda y del daño de los must have. Hemos llegado a un punto en el que tiramos las prendas con una media de 6 usos”. Delia García alertó de que “no podemos ni imaginar la cantidad de ropa con etiqueta que acaba en entidades sociales o vertederos”.

Para terminar, los ponentes coincidieron en que más allá de las buenas intenciones de las empresas, ya es hora de que las instituciones tomen partido y pongan freno antes de que sea demasiado tarde. “A los 2 años de crear mi marca quise hacer una colección con algodón orgánico, pero el coste se elevaba tanto que fue imposible. Sin embargo, lo peor es que nadie nos ayuda; las instituciones tienen que empezar a hacer algo en este aspecto”.

Con lo que Brenda Chávez finalizó diciendo: “No olvidemos que cuando hablamos de sostenibilidad, nos referimos a social, económico y medioambiental; si alguno falla no podemos hablar de un producto sostenible. Aun así, creo que es un reto posible”.

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