El cierre masivo de las redes de webs fraudulentas

Con la proliferación de productos falsificados en internet, las marcas de ropa luchan constantemente para conseguir el cierre de sitios fraudulentos. Hasta hace poco, los falsificadores disfrutaban de las grandes posibilidades de negocio en internet con impunidad por la dificultad de identificar los sitios web que venden productos falsificados. De hecho, la peculiar dinámica de la venta de falsificaciones online ha dado lugar a una situación denominada ‘whack-a-mole’ en la que, cuando se cierra un sitio web fraudulento, aparecen otros nuevos.

Hoy en día las marcas de ropa pueden mejorar su lucha contra la falsificación con una nueva arma muy potente que permite paralizar los negocios fraudulentos y emprender acciones de persecución. Esta estrategia permite identificar redes de sitios fraudulentos con efectividad y realizar cierres masivos, a tiempo y de forma económica. Enfrentarse con los falsificadores en masa mejora la efectividad de las acciones legales y de los litigios, y así se consigue un mayor retorno de inversión. Algunas marcas ya han usado esta estrategia para recuperar cientos de dominios, además de recopilar información esencial sobre el comportamiento de los consumidores, que a su vez puede repercutir en un aumento de las ventas.

Internet se ha convertido en el principal coto de caza de los falsificadores, que encuentran en la red los mismos beneficios que los negocios legales: una clientela internacional y unos gastos operativos reducidos. La venta de falsificaciones a través de canales digitales es un gran negocio y un estudio hecho recientemente por MarkMonitor estima que la falsificación y la piratería en los canales digitales provocan unas pérdidas de 350.000 millones de dólares en el mundo. Además, los falsificadores disfrutan de otra ventaja en internet: actuar de forma anónima.

Los falsificadores crean negocios diseñados para evitar la detección y dificultar las acciones legales en su contra. Tradicionalmente las redes fraudulentas tienen sus servidores alojados en un país, los dominios registrados en otro, el procesamiento de pagos en un tercero y el servicio de envío en un cuarto país. Una parte fundamental de su estrategia es la creación de una cartera de dominios como rebajasmarca.com, ropademarcabarata.com y outletmarca.com, que resisten muy bien las acciones de persecución tradicionales que emprenden las marcas.

En lugar de operar un solo sitio web, los falsificadores dirigen enormes redes con miles de sitios fraudulentos que pueden ofrecer productos falsos de varias marcas. Los falsificadores saben que cuantos más sitios web tengan, más lentas se vuelven las acciones en su contra. Si se cierran cien sitios, aparecerán cien más. Este fenómeno se conoce en inglés como “whack-a-mole”, un término cuyo origen procede de un juego recreativo del mismo nombre pero que ahora se usa coloquialmente para hablar de tareas repetitivas e inútiles, especialmente en el contexto del mundo de las redes cuando se refiere a la lucha contra los spammers. La estrategia de persecución más efectiva consiste en hacer frente a la magnitud del problema.

Un solo falsificador puede estar detrás de entre el 40 y el 60 % de todos los sitios fraudulentos que amenazan una marca, y generar hasta el 70 % del tráfico a sitios que venden falsificaciones. Cerrar estas redes es una forma de paralizar el negocio de los falsificadores y, al mismo tiempo, de mandar una advertencia a los demás ciberdelincuentes.

La falsificación en canales digitales provoca unas pérdidas de 350 mil millones de dólares

Sin embargo, enfrentarse a las redes de sitios fraudulentos por medios convencionales requiere mucho tiempo y resulta frustrante. Por eso, existe una nueva estrategia basada en una tecnología para perseguir sitios fraudulentos que resulta bastante efectiva a la hora de litigar contra páginas web fraudulentas en el sector de la moda. Tras identificar agrupaciones de sitios web con las mismas características, las marcas pueden solicitar de una sola vez el cierre de varios sitios fraudulentos, incluidos los que puedan asociarse a la red original en el futuro. Esta estrategia multiplica el impacto y el retorno de la inversión (ROI) efectuada en los litigios.

Esta tecnología puede identificar una mayor cantidad de sitios, centrándose en agrupaciones mediante el análisis de la siguiente información: Contenido no visible, como el código de página (secuencias de comandos, DOM); asociaciones externas al sitio web, incluidas la dirección IP, el proveedor de servicios de internet y los procesadores de pagos; contenido visible, como los precios y los gráficos.

Estas “huellas digitales” que dejan los falsificadores se usan para identificar agrupaciones de sitios web que forman auténticas redes fraudulentas. Recoger estas huellas de forma rentable acelera la fase de investigación de los litigios y sienta las bases para identificar sitios que puedan aparecer tras el embargo de los primeros dominios. En consecuencia, el titular de una marca puede valorar las proporciones reales de la infracción y maximizar la rentabilidad de su inversión en litigios.

Antes de que existiera esta tecnología, los titulares solo sabían la cantidad de sitios fraudulentos que descubrían, pero no cuántos se les habían escapado ni cuáles seguían funcionando con normalidad.

Esta estrategia no sirve para sustituir los métodos tradicionales de lucha contra la falsificación. Más bien los complementa y aborda el problema que suponen las redes de sitios web operadas por delincuentes cada vez más especializados. Además, este nuevo enfoque también afecta los negocios de falsificación de otra forma: cerrando las cuentas de procesamiento de pagos.

La estrategia de litigios a gran escala no es solamente una solución práctica contra la falsificación; también ofrece información de alto valor para la empresa. La información de los sitios fraudulentos permite a las marcas entender muchos aspectos del negocio, desde el marketing y los precios hasta la atención al cliente y la planificación de productos. Todo ello sirve para estudiar las necesidades de los consumidores. Pongamos el caso de una marca de ropa deportiva que se da cuenta de que un modelo de jersey suyo, de edición limitada, sigue generando interés en sitios de productos falsificados aunque ya no se fabrique el original.

Valiéndose de esta información, la marca podría ampliar el ciclo de producción para satisfacer la demanda y aumentar las ventas, debilitando al mismo tiempo a los falsificadores. Este tipo de información ayuda a las marcas a cuantificar la venta ilegal de sus productos y a elaborar estrategias para mejorar su posicionamiento en el mercado.
Ante el crecimiento de los canales digitales para vender productos falsificados, las marcas deben adoptar las últimas tecnologías para perseguir a los delincuentes. Combatir la falsificación es una forma de proteger la marca y paralizar el negocio de los falsificadores.
La forma más rentable, efectiva y segura de combatir las redes de sitios fraudulentos y de llevar a cabo acciones de persecución es combinar tecnología avanzada y litigación. Esta estrategia permite a las marcas sacar un mayor rendimiento de su inversión en litigios y, a la vez, interrumpir el negocio de los falsificadores que venden por internet.

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