Retos y oportunidades en la gestión de los residuos textiles

El 1 de enero del 2025, España y todos los países de la UE estarán obligados a recoger la fracción textil de los residuos sólidos urbanos. Por este motivo, actualmente se encuentra en trámite parlamentario en las Cortes Generales la aprobación del Proyecto de Ley de residuos y suelos contaminados que tendrá un gran impacto y trascendencia en el sector textil y de la moda.

Se calcula que actualmente en España unas 900.000 toneladas de residuos textiles van a parar anualmente a los vertederos. Se generan asimismo 50.000 toneladas de residuo de preconsumo, cuyo potencial de reciclado y salida comercial es muy elevado porque conocemos su composición.

Situación actual

La ropa usada recogida en los 21.822 contenedores de diversas entidades sociales como Cáritas, ModaRE, Humana, Aeress, Asirtex, etc. es del orden de 108.000 toneladas al año, lo que representa aproximadamente el 12% de los residuos generados. En la Europa de los 27, se calcula que el 8% de los residuos se reutilizan (el 25% en Europa y el 75% exportado a países en desarrollo), el 10% se recicla, el 24,9% se incinera y el 57,1% restante va a parar al vertedero.

Por otra parte, el contexto mundial y local de los residuos textiles está en plena evolución. África y algunos países asiáticos ya han empezado a rechazar una buena parte de las importaciones de ropa usada europea, entre otras cosas porque inhibe el desarrollo de la industria textil local. Francia ya ha prohibido la quema de los excedentes de producción y próximamente lo hará también España.

Retos y oportunidades en la gestión de los residuos textiles
Para tratar la enorme cantidad de residuos que aflorarán, habrá que construir una gran cantidad de costosas plantas

Por lo tanto, lo que antes exportábamos se quedará en buena parte con nosotros, lo que quemábamos estará prohibido hacerlo y lo que tirábamos al vertedero se acabará recogiendo -esperemos- como residuo municipal. En definitiva, tenemos el gran reto y oportunidad de gestionar más de un millón largo de toneladas de residuos textiles bajo la lógica y principios de la economía circular.

Anteproyecto de ley de residuos y suelos contaminados

El anteproyecto de Ley española, tal como sucede en otros países europeos, implementará un régimen de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP), por el cual los productores tendrán que pagar una tasa que permita “asumir la responsabilidad financiera o bien responsabilidad financiera y organizativa de la gestión de la fase de residuo del ciclo de vida de un producto”.

La propuesta de Ley se fundamenta en el principio de quien contamina paga, y por lo tanto considera que “los costes relativos a la gestión de los residuos, incluidos los costes correspondientes a la infraestructura necesaria y a su funcionamiento, así́ como los costes relativos a los impactos medioambientales y en particular los de las emisiones de gases de efecto invernadero, tendrán que correr a cargo del productor inicial de residuos, del poseedor actual o del anterior poseedor de residuos”.

«Todo apunta que habrá contenedores de residuos textiles en la vía pública antes del 31 de diciembre de 2024»

En cualquier caso, el anteproyecto de Ley deja claro que el productor inicial u otro poseedor de residuos está obligado a asegurar el tratamiento final adecuado de sus residuos, de conformidad con lo previsto por la Ley ya sea realizando el tratamiento de los residuos por sí mismo, encargando el tratamiento de sus residuos a un negociante registrado o a una entidad o empresa de tratamiento de residuos autorizada, o bien entregando los residuos a una entidad pública o privada de recogida de residuos, incluidas las entidades de economía social, para su tratamiento, siempre que estén registradas conforme a lo establecido en esta ley. En este sentido la Ley reserva un espacio a las entidades de economía social de quien reconoce implícitamente su importante labor.

Dudas y reflexiones sobre la nueva Ley

La implementación de la Ley, sus posteriores reglamentos y el desarrollo de normativas y planes de gestión autonómicos y ordenanzas municipales plantea algunas dudas y reflexiones que comento a continuación.

Todo apunta que habrá contenedores de residuos textiles en la vía pública antes del 31 de diciembre de 2024, junto con los de las fracciones actuales de papel, envases, vidrio, orgánico y otras.

A esto le corresponderá establecerlo a las entidades locales que tendrán que hacer un esfuerzo muy notable tanto económico como logístico para implementarlo y coordinarse con los sistemas RAP y gestores existentes.

Retos y oportunidades en la gestión de residuos textiles
África y algunos países asiáticos ya han empezado a rechazar una buena parte de las importaciones de ropa usada europea

Probablemente convivirán diferentes agentes y Sistemas de responsabilidad Ampliada del Productor. Veremos si esta multiplicidad de opciones contribuye a una buena gestión de residuos. Pero, ¿En la vía pública habrá un único contenedor de residuos textiles donde se recogerán la ropa usada y además cualquier residuo textil o no? Si sólo hay uno ¿Qué pasará con las actuales entidades sociales que recogen y gestionan la ropa usada, y que han cumplido y cumplen una fantástica función ambiental y de inserción social?

Probablemente deberán reconvertirse en gestores de residuos autorizados para gestionar también otro tipo de residuos textiles a los que no están acostumbrados y/o preparados, con todo lo que esto implica en su estructura de costes y viabilidad. De hecho, el anteproyecto de Ley habla explícitamente de entidades de economía social y empresas autorizadas como dos opciones válidas para que las empresas les encarguen la gestión de sus residuos.

Algunas empresas de moda, a modo de prueba, ya han empezado a recoger ropa usada, sea suya o no, en sus propias tiendas e incluso anuncian que también podrían recogerla si vienen a nuestros domicilios a entregarnos ropa comprada online. Hay que ver hasta qué punto esta multiplicidad de opciones de recogida será suficientemente eficiente y operativa.

Destino de los residuos textiles

¿Qué harán con los residuos textiles los gestores de residuos y los sistemas de RAP? Para tratar la enorme cantidad de residuos que aflorarán, habrá que construir una gran cantidad de costosas plantas capaces, de acuerdo con la jerarquía de residuos, de segregar la ropa usada en buen estado de la reciclable, eliminar los impropios de las prendas (botones, cremalleras, etc.) para permitir su posterior reciclado, clasificar los residuos por su composición y/o color, pero ¿mediante qué tecnología? Si se utiliza el “Infrarrojo cercano IR”, las actuales líneas de esta tecnología son capaces de separar, por su composición, 1 pieza de ropa por segundo. Esto quiere decir que en 24 horas una línea podrá clasificar 86.400 prendas. Teniendo presenta que se calcula que en 1 kg de ropa de ropa usada hay un promedio de 4 prendas, esto significa que en un día cada línea es capaz de clasificar 21.600 kg. Evidentemente estos cálculos son orientativos puesto que si hablamos de prendas complejas formadas por varias capas (tejido exterior, entretela y forro) serán necesario además operaciones manuales previas para separar las partes.

Si se pretendiera clasificar por tipo de fibra las 900.000 toneladas de residuos textiles que actualmente van a parar a los vertederos en España, para su posterior reciclado (en el supuesto que todas ellas sean realmente reciclables), harían falta un total de 115 líneas de clasificación por infrarrojo cercano trabajando las 24 horas al día durante los 365 días al año.

¿Qué haremos con estos residuos?

Supongamos que ya tenemos los residuos reciclables libres de impropios y clasificados por tipo de fibra y/o color. ¿Qué haremos con estos residuos? Una opción es el reciclado mecánico (triturar los residuos para volver a obtener un nuevo material textil, mezclado con fibra virgen).

Residuos textiles
Algunas empresas de moda, a modo de prueba, ya han empezado a recoger ropa usada,

La tecnología de los “regenerados” es muy conocida en España de la cual hay una larga tradición y amplia experiencia. Actualmente España es el mayor productor de Europa de este tipo de hilo con alrededor de 61.000 toneladas anuales. Tanto el desarrollo de hilatura open-end, como la tecnología de los no-tejidos, han contribuido a mejorar mucho los campos de aplicación, la calidad y el rendimiento de los productos textiles reciclados.

Estas tecnologías pueden todavía perfeccionarse y los campos de aplicación ampliarse, pero tienen dos límites claros. El primero es que triturar fibras implica disminuir radicalmente su longitud y propiedades mecánicas por lo que la calidad de los hilados y los no tejidos resultantes queda muy limitada a gamas de productos de calidad media-baja.

Para obtener hilados de una calidad suficiente para tejerlos en los telares actuales es imprescindible mezclar las fibras trituradas con un porcentaje notable de fibra virgen. El segundo aspecto a considerar es que una camiseta obtenida con fibra reciclada algún día terminará su vida útil y tendrá que volverse reciclar y por lo tanto volverse a triturar. ¿Cuántas veces podremos volver a triturar una fibra sin que sus propiedades textiles no se vean severamente afectadas e impidan su reutilización en el sector textil? Probablemente la utilización de fibras textiles trituradas tendrá más salida en aplicaciones que pueden consumir grandes volúmenes como aplicaciones para el sector de la construcción, agricultura, jardinería, etc.  que no en el propio sector textil.

Reciclado químico

La segunda opción es el reciclado químico, concepto que incluye un amplio espectro de sofisticados tratamientos químicos que van desde la disolución de la celulosa para obtener posteriormente fibras de viscosa, nano celulosas u otros productos derivados de este material, a la despolimerización del poliéster para la obtención de un monómero polimerizable, para su posterior hilatura por fusión o bien la obtención de piezas rígidas de poliéster 100 % reciclado. La utilización de técnicas de biorefineria para la obtención de diversos productos químicos como alcoholes, etc. a partir de residuos textiles también es una opción interesante y con grandes posibilidades. Finalmente, y aunque no es estrictamente un reciclado químico, la fusión de residuos textiles y no textiles de poliéster 100% para la obtención de fibras de poliéster reciclado, es también una opción interesante. El reciclado químico, recordemos que sólo es posible si previamente hay una rigurosa clasificación de los residuos textiles por tipo de fibra.

«El reciclado químico, recordemos que sólo es posible si previamente hay una rigurosa clasificación de los residuos textiles por tipo de fibra»

Estas tecnologías químicas están todavía en fase de desarrollo (alguna de ellas muy avanzada como la del reciclado del poliéster), debido a la complejidad de los procesos químicos necesarios para separar los colorantes, productos auxiliares, mateantes, etc. que acompañan a las fibras, los elevados costes de los disolventes y otros productos químicos utilizados, así como del posible impacto ambiental que puede conllevar. Si bien estas tecnologías a fecha de hoy no están suficientemente maduras, su potencial es muy notable y constituyen sin duda la gran esperanza para el tratamiento de grandes volúmenes de fibra que el reciclado mecánico no será capaz de absorber.

Preguntas finales

En este complejo contexto, la apuesta por una u otra de las tecnologías que hemos comentado hasta ahora en las diferentes vías de clasificación y reciclado, algunas de ellas en plena evolución, tiene riesgos empresariales notables.

Finalmente, y muy relevante, ¿en un contexto de un gran volumen de oferta de residuos textiles, las diferentes tecnologías de clasificación y reciclado comentadas darán lugar a un material textil a un precio suficientemente competitivo en comparación con las fibras vírgenes?

¿Qué papel van a jugar las administraciones, las grandes empresas de moda, las pymes textiles, así como el sector del retail en el impulso y el compromiso necesario para abordar la magnitud de este problema?

Nos esperan tiempos apasionantes, grandes retos en la investigación textil, así como oportunidades de negocio en la gestión de los residuos textiles.


Este articulo se publicó originalmente en la revista Noticiero Textil correspondiente al mes de diciembre. Puedes acceder a la edición completa clicando sobre la imagen.
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