La 50ª edición del certamen ha contado con la presencia de 900 expositores de 40 países y 14.200 visitantes, una cifra inferior a la habitual de los tiempos prepandemia. ”Este descenso era esperable”, subrayan sus organizadores, “considerando las continuas restricciones y reservas de viajes, especialmente transcontinentales, así como los cambios estructurales que se observan en la industria de la moda”.

En este sentido, destacan que la mayoría de empresas de Alemania, Austria y Suiza estuvieron presentes en Munich, incluyendo Adidas, ArmedAngels, Baldessarini, BMW, C&A, Cinque, Comma, Drykorn, Ecoalf, Hallhuber, Holy Fashion Group, Hugo Boss, Lagerfeld, Laurèl, Mac, Marc Cain, Marc O’Polo, Nike, Peek & Cloppenburg, Riani, s.Oliver, Schumacher, Strellson, Vaude, Windsor o Zalando.

Los Países Bajos han seguido aportando un importante contingente de visitantes con empresas como Calvin Klein, Claudia Strä ter, Expresso Fashion y Scotch & Soda.

También estuvo fuertemente representada la región escandinava, con visitantes como Selected/Homme y Bestseller Group, así como marcas de Francia e Italia, como Calzedonia, Diesel, Giorgio Armani o Lacoste.

Uno de los debates más presentes en esta edición se ha centrado en el precio, y se intentaron encontrar enfoques para no incrementarlo pero sin sacrificar la calidad. Un equilibrio especialmente difícil en tiempos de un coste energético absolutamente disparado.

Aunque este fue un tema omnipresente, la sostenibilidad también tuvo su espacio, con la presencia de materias primas innovadoras que son reciclables o biodegradables, de empresas como, por ejemplo, Wastea, Piñatex e Incalpaca.

Los procesos también se están volviendo más innovadores: van desde el teñido sin agua hasta el acabado basado en oxígeno y los procesos impulsados ​​​​por IA, como se vio en Muze, Wiser y Tejidos Royo. Además, las opciones de diseño y vestimenta totalmente digitales juegan un papel cada vez más relevante, como se ha podido observar en esta última edición del certamen.

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