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María Pérez-Hickman Silván está involucrada desde hace más de veinte años en trabajos de voluntariado en diversas ONGs. Su pasión por la moda la llevó a fundar en 2013, junto a un equipo de cinco personas, la Asociación Moda Sostenible Barcelona, siendo hoy en día la única de ellas que permanece.

Desde esta plataforma sigue promoviendo, entre otras ideas, que la fast fashion es un modelo injusto social y económicamente, aunque reconoce que para ir más allá de este paradigma hay que lograr un equilibrio entre el Norte y el Sur de nuestro planeta.

Veinte años trabajando en ONGS imprimen carácter. ¿Qué experiencias has aprovechado de estos años y volcado en MSBCN?

Desde muy joven, cuando vivía en Madrid, me volqué en proyectos sociales de muy diversa índole; luego, ya en Barcelona y cuando mis hijos me dieron un respiro, volví a este mundo que me apasiona por el contacto con otras realidades.

Me involucré en un proyecto maravilloso en un CET del Raval que empezaba su andadura en la confección a pequeña escala de prendas para diseñadores emergentes. Esto me llevó a conocer a otras cinco personas con las que decidimos formar una asociación de moda sostenible. Y puedo decir que soy la única de todos ellos que sigue comprometida en hacer crecer los objetivos de la Asociación.

Nueve años ya desde su fundación. ¿Qué ha conseguido MSBCN en este tiempo?

Cuando fundamos Moda Sostenible Barcelona éramos la única asociación del sector en toda España y que sepamos del mundo. Hemos sido ejemplo y seguimos siéndolo para las asociaciones de moda sostenible que han ido surgiendo después. Nuestra comunidad está formada por personas de Argentina, Chile, Perú, México, Costa Rica, Francia, Reino Unido, Italia, Portugal, Ucrania, Singapur…

Hemos conseguido que se hable de moda sostenible, que se aprenda sobre moda sostenible, que por primera vez se viera en España moda sostenible en una pasarela.

Somos un referente tanto para profesionales de la industria textil, estudiantes de diseño de moda como para consumidores con ganas de saber más sobre moda ética.

En vuestro manifiesto fundacional exponéis toda una declaración de intenciones y objetivos a conseguir. ¿De entre ellos, cuáles son los que habéis conseguido lograr?

Me gustaría decir que los hemos conseguido todos, si bien eso significaría que nuestro mundo estaría preparado para aceptar otra manera de hacer las cosas, y no es así. Sigue habiendo explotación laboral en el sector textil, persiste la mala praxis, los tintes continúan contaminando. Desgraciadamente la fast fashion sigue existiendo, pese a nosotras y nuestra labor, y el greenwashing está presente en todas las campañas publicitarias de las grandes empresas de la industria textil.

Aun así, es un orgullo decir que hemos demostrado a través de nuestras marcas socias, que la moda sostenible es una realidad, que se puede ser ético y transparente y tener diseños bonitos con una excelencia en la confección.

También tenemos un grado alto de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que en el momento de dictar nuestro Manifiesto no existían pero que ya formaban parte de nuestro ADN.

Hacer de la moda una industria sostenible, ¿qué significa en su sentido más amplio? ¿pasa también por eliminar el sistema actual de producción masiva en países principalmente asiáticos, por ejemplo, con las consecuencias que ello comportaría para la economía de esos países?

Establecer un equilibrio norte-sur es todo un reto, sí. Es inaceptable que en los países donde mayoritariamente se confecciona la ropa sea legal pagar unos sueldos miserables y que esta práctica sea tratada como algo natural cuando atenta los derechos humanos.

La sostenibilidad bien entendida debe encontrar el equilibrio entre la rentabilidad del negocio, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social de todas las personas implicadas en la cadena de producción.

“Una prenda de calidad y atemporal a la larga resulta más rentable, le cogemos cariño y eso ayuda a que apostemos por arreglarla, cuidarla y alargar su vida”

Todas las monedas tienen cara y cruz. Parecen claras las ventajas de la sostenibilidad, pero ¿Cuál sería su cruz?

Por ahora su cruz sería la aceptación por parte del consumidor de que los precios de las prendas sostenibles son los que deben ser. La fast fashion ha hecho y hace mucho daño pues ha normalizado unos precios que están muy por debajo del valor real de las prendas.

Otra parte incómoda a la que hay enfrentarse son las campañas de greenwashing de las grandes empresas de la indumentaria. Al consumidor de este tipo de ropa, ya le va bien que le digan que comprando sus marcas lo está haciendo bien, le “interesa” creerlo. Eso anima a seguir consumiendo.

¿Se puede hablar de moda sostenible sin pactar con Inditex, H&M, Mango, Gap, Primark, Uniqlo, etc.?

No podemos sólo hablar de moda sostenible, tenemos que enseñar, mostrar, ser transparentes. El esfuerzo de las grandes empresas del textil existe, pero es insuficiente.

Un cambio en el sistema tiene que llegar por el sistema mismo. Las grandes empresas no van a generar el cambio solas, hay nuevas tecnologías, nuevas leyes a nivel europeo y consumidores más alerta (esto también refleja una visión más sistémica).

Sabemos del poder del retail pero la innovación es más fuerte que las empresas. Como dato, la industria de la tecnología analógica era enorme y al llegar la digital ha desaparecido. Las industrias cambian continuamente y el tema del too big to fail ha sido desmontado.

Organizáis diferentes eventos como Re-Barcelona o el Foro de Moda Sostenible. ¿Estáis trabajando ya en futuras ediciones?

Desde los comienzos de nuestra Asociación hemos organizado muchas actividades, festivales y conferencias. Empezamos en 2014 con el BEFF (Barcelona Ethical Fashion Fest) que permaneció durante 6 años y dio paso a RE-Barcelona, un evento de dimensiones internacionales y que pudo realizarse gracias a la apuesta económica de Barcelona Activa, la Agencia de Desarrollo local del Ayuntamiento de Barcelona.

El último RE tuvo lugar en noviembre de 2019 y el planteamiento inicial fue que se convirtiera en un evento bianual. Ahora ya superando la pandemia, estamos en conversaciones para organizar uno en 2023.

Por otro lado, el Foro de Moda Sostenible celebrará este año su octava edición dentro de la Barcelona Design Week.

¿Cuál es la relación con el resto de las asociaciones de moda sostenible del país?

Con las demás asociaciones colaboramos de manera puntual en campañas concretas.

¿Estamos muy alejados de otros países europeos en materia de sostenibilidad?

En España todavía hay pendiente mucha labor de concienciación sobre los beneficios de la sostenibilidad en nuestro entorno. Que nos llevan ventaja los países del norte de Europa, es un hecho, pero la progresión que tenemos es positiva. Seguiremos informando y formando tanto a consumidores para crear una masa crítica, como a emprendedores y empresas que quieran ir adquiriendo hábitos más sostenibles en sus negocios. Hacemos gran difusión de los valores de la sostenibilidad a través de nuestras redes sociales, cursos formativos (MODS) y nuestra consultoría integral.

La nueva situación creada por la pandemia, que ha significado más horas de estancia en los hogares también por el auge del teletrabajo ¿beneficia el concepto de usar prendas estables y duraderas? ¿Se alienta, asimismo, una apuesta por la relocalización de la producción?

Claramente hemos comprobado durante estos dos años, un cambio en las costumbres del consumidor, si bien estos nuevos hábitos tienen que enraizarse para poder decir que el sector de la moda sostenible se ha visto beneficiado.

“No podemos sólo hablar de moda sostenible, tenemos que enseñar, mostrar, ser transparentes”

¿Cómo han afectado a la Asociación estos dos años de pandemia?

En referencia a las marcas, algunas socias han visto sus ventas muy reducidas y a duras penas han sobrevivido al periodo de pandemia. Ahora la recuperación está siendo lenta pero positiva.

Y en lo que a la Asociación respecta, el hecho de conectarnos por plataforma online (antes no era una práctica habitual), nos ha permitido formar equipo con socias de otras ciudades, incluso países, así como con voluntarias (somos una Asociación rica en voluntariado). Encontrarnos en una misma pantalla ha hecho que la procedencia no fuera un hándicap. Hemos trabajado duro y seguimos en ello.

MarÍa Perez-Hickman¿La moda sostenible ha de ser forzosamente más cara?

El concepto caro o barato es muy relativo. Algo barato si no nos dura, será como tirar nuestro dinero y hará que de nuevo vayamos a comprar; así el círculo del consumismo no para, con el detrimento ambiental que esto supone.

Una prenda de calidad y atemporal a la larga resulta más rentable, le cogemos cariño y eso ayuda a que apostemos por arreglarla, cuidarla y alargar su vida.

Esta reflexión en cuanto a prendas confeccionadas con materiales nuevos, pero no olvidemos que la moda sostenible también comprende el alquiler de ropa, la segunda mano y el intercambio de ropa. Prácticas por lo general al alcance de todos.

¿De qué forma comunica la Asociación sus diferentes acciones al conjunto de la sociedad para incrementar la visibilidad sobre la moda sostenible?

Afortunadamente contamos con un gran equipo de Comunicación (en estos momentos haciendo un relevo) formado por socias y voluntarias. Dividimos las muchas tareas que corresponden a esta Comisión en pequeñas responsabilidades que se comparten cuando alguna compañera no llega debido a sus obligaciones fuera de la Asociación.

La red social más activa es Instagram y detrás está LinkedIn, pero también tenemos cuentas en Facebook y Twitter. Una vez al mes enviamos una newsletter a las personas suscritas. También cuando la ocasión se presta a ello, organizamos charlas divulgativas.

¿MSBCN recibe ayudas de cualquier tipo de organismo? ¿De qué forma se financia la Asociación?

MSBCN se financia sobre todo con las cuotas de las socias y solicita puntualmente subvenciones al Ayuntamiento o la Generalitat para la organización de grandes eventos o para el desarrollo de proyectos propios.

Cuéntanos los objetivos de MSBCN en estos próximos dos años. ¿Qué planes tenéis pensados?

Nuestro objetivo más inmediato junto a Solidança y Upcycling Barcelona y que tendrá una clara proyección de futuro es The Trashion Fab. Éste es un proyecto ambicioso a la vez que necesario y nace con el objetivo de potenciar las alternativas de reutilización y reciclaje de los residuos textiles pre y post consumo.

La moda se enfrenta a uno de los mayores desafíos de su historia reciente. En España, la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular prohíbe la destrucción de excedentes textiles. Esta ley también obliga a establecer sistemas separados de recogida de residuos textiles antes del 2025.

En estos momentos estamos inmersas en la fase piloto que estamos desarrollando gracias a una subvención concedida por Barcelona Activa.

Parte de este proyecto consiste en formar a mujeres como técnicas en el aprovechamiento textil a través del ecodiseño. Ocho alumnas en situación de vulnerabilidad ya han sido las primeras beneficiarias de nuestro plan pedagógico que incluye la contratación laboral de las mismas.

Después evaluaremos la viabilidad de la trituración del flujo textil residual preconsumo para su posterior hilatura, así́ como para la elaboración de tela no tejida.

Para poder pasar a nuestra siguiente etapa hemos convocado una campaña de crowdfunding a través de la Fundación Triodos.


Está entrevista se publicó originalmente en la edición de Abril de Noticiero Textil. Aquí puedes ver la edición completa.


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