En 1882 Carl Louis Ferdinand Von Lindemann demostró la imposibilidad de conseguir la cuadratura del círculo.
Pero……. esta imposibilidad existe si utilizamos solo una regla y compás. Así que, si nos olvidamos de estos dos elementos, cuadrar el círculo es posible.
¿Es posible solucionar los graves problemas ecológicos y de sostenibilidad que invaden nuestra industria?
¿Es posible seguir con el anzuelo de la moda como sistema de promoción sin que revienten las costuras del negocio?
¿Cómo homologar el actual sistema de producción con la imperiosa necesidad de un mundo más verde, respirable, limpio, sostenible?
¿Cuántas empresas, personas, organismos, territorios van a tener que adelgazar, incluso desaparecer para ayudar a conseguir un planeta equilibrado?
¿Vamos a impedir que en la próxima ITMA se presenten equipos y máquinas que produzcan más, más rápido, y con mayor beneficio para las empresas?
Cuadrar el círculo. Conseguir un equilibrio entre un mundo limpio y el justo y lícito beneficio económico. Manteniendo estructuras y puestos de trabajo.
¿Es posible? Lo es.
¿Saben que una importante empresa de calzado, muy valiente en sus diseños, utiliza suelas con fecha de caducidad?
¿Saben que en un determinado laboratorio están trabajando en una fibra que se autodestruye a los pocos meses de ser utilizada y que sus restos pueden servir como fertilizantes y abonos?
¿Qué pensarían si una camisa, un pantalón, una sábana, una prenda de punto, etc. se autodestruyera a los 24 o 36 meses de su compra y utilización y, meses más tarde, un hermoso arbusto creciera gracias en parte a su anterior vida?
Parece de ciencia ficción y no lo es.
Se terminaría con los mares de prendas abandonadas. Inútiles. Y podríamos seguir con el acicate de la moda, conociendo que las nuevas formas, colores, diseños, los podriamos comprar sin el temor de lastimar nuestro gran hogar.
Este artículo de opinión se publicó originalmente en la edición de Noviembre de Noticiero Textil
