Desde Mariano Fortuny i Madrazo hasta Techtextil es mucho el recorrido de las ideas que plasman, diseñan y construyen moda.
Alguien, con mucho acierto, dijo de la moda que “es una tiranía de corta duración pero un arte de largo alcance”.
Pocas veces se habrá definido a esta industria creativa de manera tan certera. Se podría añadir a la misma otra que la compara con una actividad mucho más joven; la publicidad y que la señala como “un acelerador de procesos”. Más moda y más publicidad nos llevan a un mayor consumo, más rotación y a que la gran rueda de la producción mundial no se detenga.
¿Existirá la adecuada y fecunda creatividad para seguir alimentando el gran monstruo de la moda? Es posible que sí, pero si los nuevos y jóvenes talentos llegaran a bloquearse ante la imperiosa necesidad de sorprender cada tres meses a la sociedad para “obligarles” a comprar, siempre existirá la segura carta de la tecnología.
Si no se interesa al mercado por líneas y colores, los ganaremos por los nuevos desarrollos y acabados.
Tecnología que permitirá —y ya permite— cambiar de color una prenda, detectar una irregularidad en nuestra salud, protegernos, con la misma prenda, del calor, frío y otras adversidades climatológicas, etc.
Estemos muy atentos a la tecnología. Por sus avances y novedades encontraremos razones para el consumo. Y por supuesto atendidos por una voz metálica, limpia y con discurso amplio sobre todas las ventajas de la prenda que nos interese.
Nada del horrible… ¿en qué puedo ayudarle?
Y esta voz la emitirá un “producto” que no se cansará, no pedirá aumentos de sueldo, ni vacaciones, ni se pagará seguridad social por él.