Tras un periodo de incertidumbre provocada por la pandemia del COVID-19, la producción industrial repuntó y retomó su actividad para acercarse a niveles previos a la pandemia. Sin embargo, la crisis por los incrementos desmesurados de los precios de la energía, las materias primas y del transporte, junto a una situación de desabastecimiento, han provocado que la actividad industrial se ralentizara de nuevo y situara a las empresas textiles en una situación compleja y delicada.
Desde Cityc se prevé que, en el ámbito del comercio exterior, las ventas algodoneras realizadas en el extranjero sumen en el año 2022 unos 1.140 millones de €, frente a los 1.051 alcanzados en 2021.
El principal cliente sigue siendo Marruecos, ya que las ventas al país representaron el 28% del total, seguido de Italia (10%), Francia (9%), Portugal (9%) y Alemania (6%).
En cuanto a las importaciones de la industria algodonera, el volumen total de compras en el extranjero se prevé que alcancen los 1.321 millones de € frente a los 973 millones de € del 2021.
Los mayores proveedores fueron Pakistán, que representa el 21% de las compras totales, al que sigue China con el 17%, Turquía con el 16%, Italia 11% y Portugal 11%.
Las previsiones para la industria algodonera son inciertas, ya que la competitividad dependerá de la evolución de los costes energéticos, así como del contexto internacional y el apoyo por parte de la administración en las necesidades actuales de las empresas.
El sector algodonero en España lo conforman más de un centenar de empresas que ocupan a más 5.700 personas y que facturan 2.278 millones de euros.
Los principales indicadores del sector algodonero indican un comportamiento similar al del resto de la industria textil, marcado principalmente por la incertidumbre del precio energético y del entorno internacional.