Dicen algunos que el mundo tomó otros caminos en diciembre de 2001(1), otros que en el verano del 2008(2), y también es un referente para otros enero del 2009(3), y así podríamos seguir apuntando más fechas –no demasiadas- donde los destinos del mundo cambiaron para siempre.
Pero me quedo particularmente con dos: 1958 con la creación de la Agencia Gubernamental ARPA (la madre y el padre de Internet) y 1991 con el año que se inician la World Wide Web. Estos últimos acontecimientos han llevado a las transacciones comerciales a un nuevo orden canónico.
Desde la creación de Internet y todo su mundo, el comercio, la forma de relacionarse, el flujo de información, etc., ya nunca han sido, ni serán lo mismo, afectando, moldeando, cuestionando al mundo ferial.
Si a los organizadores de la Exposición Universal del año 1888 en Barcelona, a los que en 1917 organizaron en Valencia la primera edición de una Feria de Muestras en España y a los que poco más tarde, en 1920, hicieron lo mismo en Barcelona y que fue la génesis del futuro Salón de la Moda, les hubieran contado la expansión, desarrollo y capital importancia que para la economía significaron las ferias, quizás, se sorprenderían un poco de la situación de las mismas en el momento presente.
Las ferias fueron y en pequeña parte todavía son, eventos claves para el contacto y desarrollo comercial. La idea del ágora es antigua y ha sido desarrollada con eficacia, pero como dicen los clásicos, los tiempos cambian y nuevas tecnologías y exigencias convierten, hoy, a los que fueron encuentros imprescindibles, en nostálgicos recuerdos.
No pretendo en estas breves líneas pontificar sobre qué rol deben ofrecer los eventos feriales y cuáles son todavía idóneos y cuáles son obsoletos. Los éxitos, los balances, los resultados, en forma de número de expositores y de visitantes son los jueces supremos. Si los organizadores feriales “venden” metros cuadrados con celeridad y alegría es que el “negocio” funciona.
Y entre los que funcionan están los que ofrecen, exhiben, promocionan y venden bienes de equipo. Quizás el sector más idóneo para organizar y ofrecer un encuentro de éxito.
¿Se imaginan a un comercial con una furgoneta, paseando una maquina de hilar, un torno de control numérico o una carretilla elevadora, para ir al encuentro de un cliente?
Este tipo de ofertas o se hace en una feria o en un “showroom”. Ya que ni el más conseguido y bello folleto, catálogo, audiovisual, etc., podrá mejorar la contundencia de una demo.
Y si además esta feria se celebra con acierto táctico y estratégico en relación a sus fechas y lugar de celebración, es decir que esté calendarizada justo en el momento, que en la industria compradora se agudicen las necesidades de reponer y actualizar equipos productivos que doten a la empresa de la imprescindible competitividad, el éxito está asegurado.
En esto ITMA –históricamente- ha sido un prodigio de agudeza organizativa. En la ciudad adecuada (Paris, Milán, Hannover, Barcelona, Basilea, etc.) en los años correctos (cadencia de cuatro) cuando “ya toca” reponer telar, overlock, etc., y con las “exigencias” que solo los expositores conocen, ITMA es un verdadero y único referente para conocer, valorar, estudiar y finalmente comprar, todo lo que la tecnología de producción textil y de confección ofrece.
Y si además existe un cierto resurgimiento en Europa del sector, todo lo que afecta a la producción, innovación, I+D+i, tiene que ser de obligado seguimiento. Que se celebre por segunda vez en Barcelona es otro motivo para que más operadores textiles, vengan a conocer las ofertas de este monstruo ferial.
(1) Ingreso de China en la Organización Mundial del Comercio.
(2) Quiebra de Lehman Brothers.
(3) Toma de posesión en su primer mandato de Barack Obama.